Cicatrices y quemaduras

Las quemaduras son lesiones de los tejidos (generalmente de la piel) que se producen por distintos agentes como calor, sustancias químicas, electricidad, etc. Existen diferentes grados de quemaduras en función de la profundidad de la piel a la que afecten. Esto condicionará su gravedad y pronóstico y las secuelas que puedan dejar. Las secuelas de las quemaduras profundas son las cicatrices, y pueden conllevar un defecto estético y/o funcional.

Las cicatrices pueden ser también consecuencia de cortes o heridas en la piel, cirugías previas, etc.

Las quemaduras se clasifican en grados atendiendo a las capas de la piel a las que afectan:

• Grado I: epidérmicas. Son las quemaduras más superficiales. Típicamente son las producidas por exposición prolongada al sol. La piel se vuelve roja y dolorosa.
• Grado II: dérmicas. Típicamente se producen ampollas. Algunas de ellas pueden requerir cirugía por lo que deben ser valoradas por un cirujano plástico.
• Grado III y IV: son quemaduras profundas que producirán cicatrices. Deben ser valoradas por un cirujano plástico.

Las cicatrices (tanto las producidas por quemaduras como por otras causas) pueden asociar un problema funcional y/o estético, y pueden presentarse con:

1. Dolor.
2. Déficit de movilidad.
3. Contracción de la piel y/o engrosamiento.
4. Heridas crónicas.

El diagnóstico de las quemaduras y de las cicatrices es principalmente clínico (visual). No suelen ser necesarias otras pruebas diagnósticas, salvo que por su extensión o profundidad se sospeche la afectación de otras estructuras diferentes a la piel.

El tratamiento de las quemaduras depende de su extensión y profundidad. Las quemaduras superficiales y de poca extensión suelen tratarse con curas periódicas, sin requerir tratamiento quirúrgico. Las quemaduras de mayor extensión y profundidad pueden requerir cirugía para trasplante de piel (injertos cutáneos).

El tratamiento de las cicatrices depende de su extensión y localización. En ocasiones, es posible mejorar el aspecto de una cicatriz mediante técnicas quirúrgicas de “z-plastia” (cambiando la dirección de la cicatriz) o mediante resección de la misma.